En las entrañas de *dalechatea.me/chat-libre.html*, en el que el caos digital se esconde de charlas inofensivas, me identifican como **EsQuIzOfReNiCo**. Soy el operador de esta sala de chat, una especie de custodio digital en un desierto de identidades falsas, diálogos efímeras y claves que solo algunos saben comprender. Desde hace meses, algo no parece correcto aquí, y el foco de esa sospecha tiene un nombre: **_JoeldelOeste**.
Al principio, era un miembro más. O eso simulaba. Se conectaba, escribía un par de palabras, interactuaba con los recién llegados y desaparecía como el aire que sopla en los desiertos del viejo oeste. Pero yo, que vivo entre frases en pantalla y señales online, noté comportamientos repetitivos. Nadie con hábitos tan cuidadosos en un chat tan caótico es inocente. Comencé a monitorear, primero por interés, luego por preocupación.
**_JoeldelOeste** tenía un estilo diferente: nunca decía demasiado, pero cuando hablaba, otros hacían algo. Vínculos que enviaban a redes clandestinas, textos encriptados ocultos de bromas, y un movimiento extraño de usuarios que entraban solo cuando él se encontraba presente. Una noche, mientras miraba los archivos, encontré algo que me heló la sangre. Puntos de referencia, momentos específicos y figuras en criptomonedas.
Las movimientos eran pequeñas, lo necesario para no generar sospechas. Pero las proporciones, al final, eran gigantescas. ¿Qué estaba moviendo? ¿A quién le rindía cuentas? No eran preguntas fáciles de resolver, pero mi deber no es hacerme el ciego. Soy el operador. Si no pongo orden aquí, nadie más lo logrará.
Por semanas, junté datos. Archivé cada comunicación suyo, cada respuesta. Interpreté los fragmentos que podía, aunque muchos quedaban fuera de mi entendimiento. La clave llegó cuando encontré un alias asociado a chat una billetera de criptomonedas: **TxWestSide42**. Perseguí el rastro y lo que descubrí no era solo oscuro, era ilegal. Intercambio de información privada, comercio oscuro, incluso rumores de tráfico más oscuro. Todo ocurría por esta sala. Todo bajo la sombra de **_JoeldelOeste**.
Cuando lo interrogué directamente en el chat, lo intenté con precaución. Lo hice saber ver que sabía lo suficiente para alertarlo, pero no todo, aún. Su reacción fue inmediata: cerrar sesión. Una retirada que solo confirmó mi teoría. No hay honestidad en alguien que escapa ante la verdad.
Ahora, con toda esta base de datos, enfrento una encrucijada. Podría denunciarlo, podría erradicar su rastro de este lugar o incluso informar a autoridades competentes. Pero sé que la batalla no acaba aquí. En el ampl
io universo de internet, siempre habrá otro **_JoeldelOeste**, esperando su turno en la sombra.
Y yo estaré aquí, entre el sonido, observando. Porque aunque mi nombre sea **EsQuIzOfReNiCo**, no soy el trastornado aquí. Solo soy un hombre tratando sostener un poco de orden en este indómito terreno virtual.
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